Autodidacta de técnica realista
Exposición organizada por la Comisión de Cultura
El médico ginecólogo Rogelio Ramallo expone en el Consejo de Médicos sus obras en el hall de entrada y el aula 6. La historia de un hombre apasionado por la plástica y la escritura.
Rogelio Ramallo tiene 78 años y no ha dejado de hacer arte plástico desde la adolescencia, aunque en esa época de su vida no le interesaba tanto la técnica, según la anécdota que siempre cuenta sobre sus inicios. Ramallo revela que, mientras cursaba el tercer año del secundario en la Escuela Normal de Río Cuarto, a la que asistían mayoritariamente mujeres, observaba cómo un compañero generaba admiración entre sus pares del género femenino gracias a sus dibujos.
Entonces, trazó un plan: recogía cada dibujo que su referente tiraba y, cuando llegaba a su casa, lo copiaba. Ese ejercicio le permitió en poco tiempo adquirir cierta destreza y así fue como él también logró la admiración de sus compañeras.
Pero ese inicio pragmático derivó luego en una verdadera pasión. Y así fue como logró combinar su carrera de médico ginecólogo –especialidad en la que se abocó a la citología exfoliativa– con la pintura.
Ramallo es 100% autodidacta y su estilo es el realismo. A la hora de trabajar, prefiere la luz del día y procura que sus cuadros no parezcan tales, sino que luzcan casi como fotografías.
En su formación buscó ávidamente material didáctico, lo que lo llevó a visitar frecuentemente la biblioteca Mariano Moreno, de la cual fue director durante muchos años el escritor Juan Filloy, a quien Ramallo admiraba. En esa época descubrió pinturas que lo fascinaron y leyó que estaban hechas con “pastel”, material que desconocía. Tomó el primer contacto con los pasteles cuando fue a comprarlos a una librería artística. Pero después pasó a la técnica en la que se especializó y que le encanta: el óleo.
“Pinto mucho”, cuenta Ramallo y a eso atribuye su evolución. Actualmente, solo atiende consultorio dos días a la semana, por lo que el resto del tiempo se dedica a su otra pasión.
Lo que más lo inspira es la mujer y es por ello que hace fundamentalmente retratos y desnudos, pero también aceptó el reto de un amigo que le dijo que eso era lo único que sabía hacer y le preguntó por qué no pintaba, por ejemplo, un tigre. Hoy, la pintura de un tigre de bengala es una de las obras que se exponen en la muestra de Ramallo en el Consejo de Médicos.
Hay una tercera actividad que atrae al médico y es la escritura, especialmente del género fantástico. Y sobre esto también tiene una anécdota que narra con orgullo: un día de 1973, caminando por la peatonal de Florida, en Buenos Aires, se encontró con Jorge Luis Borges, que paseaba por allí con la ayuda de un asistente. Lo abordó y le manifestó su admiración, especialmente hacia sus cuentos de literatura fantástica, lo que generó la atención del maestro, con quien terminó conversando en el bar Florida Garden, famoso encuentro de escritores durante aquella época.
Las obras de Rogelio Ramallo permanecerán en exposición durante todo julio en el Consejo de Médicos, en el hall de entrada y en el aula 6.