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Un foro de sectores ligados a la salud planteó las dificultades, sobre todo por la escasez de servicios en medicina privada. Esa situación provoca una sobrecarga creciente en la oferta del sistema sanitario público.
omo si el tiempo se hubiese detenido, la salud en el norte cordobés –sobre todo en el sector de prestaciones privadas– no experimentó mejoras en las dos últimas décadas. Por lejos, es la región con menos servicios de la provincia, situación que genera una sobrecarga en el sector público, que tampoco da abasto.
En el ámbito de la medicina privada cerraron clínicas y centros de atención, se achicó la cantidad de camas disponibles, desaparecieron especialistas y, en muchos lugares, es imposible acceder a medicamentos bastante comunes en otros distritos de la misma provincia. Esas fueron las conclusiones de un foro regional de salud que se realizó en Jesús María.
No se trató de un panfleto de tipo político con declaraciones de campaña, sino de una enumeración que se valió de las estadísticas que aportaron las instituciones públicas y privadas que participaron.
Fue en el segundo encuentro provincial, del que tomaron parte varios municipios junto a la Asociación de Clínicas y Sanatorios Privados de Córdoba (Aclisa), la Federación Médico Gremial de la Provincia, el Consejo de Médicos de Córdoba y el Colegio de Farmacéuticos de la Provincia.
Del foro “El sistema de salud en Córdoba, rol del Estado, seguridad social y sector privado” tomaron parte alrededor de 160 referentes de los equipos de salud del norte provincial, quienes avanzaron en un diagnóstico de la situación.
La primera conclusión fue que Córdoba en general tiene mejores recursos económicos que otras provincias, aunque la inequidad en la distribución geográfica sigue siendo notoria, como lo fue históricamente. La escasa planificación sanitaria contribuyó significativamente para que esa inequidad se profundice, apuntaron.
“El Estado fue testigo y partícipe necesario de la pérdida de oferta sanitaria global de todos los subsistemas de salud (público, seguridad social y privado) en la mayoría de los departamentos del norte provincial”, destacó el informe. “No pudo corregir las asimetrías del mercado, ni integrar los subsistemas, ni fortalecer las redes de servicios, y mucho menos garantizar la capacidad resolutiva por niveles de atención”, precisó.
El foro aseveró que el Estado continúa con un modelo “perimido” de concentración de la atención hospitalocéntrica, que dificulta la accesibilidad de la población porque se centra en la atención de la enfermedad y la urgencia, en lugar de hacerlo sobre la prevención y la promoción de la salud.
En datos, la primera demostración de este cuadro apunta la desaparición del 50 por ciento de las instituciones privadas de salud en el período comprendido entre 2000 y 2014. Si bien ese fenómeno se repite en toda la provincia y en el país, la dimensión e impacto para el norte cordobés es mayor.
Ya casi no quedan establecimientos privados en los departamentos Totoral, Ischilín, Sobremonte, Río Seco y Tulumba, donde, además, los profesionales de salud muestran su más baja concentración en relación a la cantidad de habitantes. El informe no avanza sobre los aún más empobrecidos y despoblados departamentos del noroeste, como Minas y Pocho, donde la ausencia de servicios médicos es casi total.
En la ciudad de Deán Funes, de 22 mil habitantes y cabecera del departamento Ischilín, el sector privado no cuenta con internación pediátrica ni de terapia intensiva, lo que sobrecarga al sector público y dificulta la atención de quienes no cuentan con cobertura social, además de sumar la derivación de pacientes privados a la atención pública. Con ese ejemplo, es sencillo advertir la situación en el resto, dominado por pueblos más chicos.
El Consejo Médico recuerda que la distribución de médicos debería partir de uno cada mil habitantes, lo que se sugiere mundialmente. Pero esa medida no se observa en gran parte del norte. Tulumba, por ejemplo, tiene seis veces menos médicos por habitante que la Capital y tres veces menos médicos que el departamento Colón, el de mejor situación relativa en todo el norte, por ser además el de mayor cantidad de habitantes.
Cero en especialistas
Otro dato preocupante es la ausencia absoluta de médicos especialistas en los departamentos menos poblados y más vulnerables. No hay pediatras, por ejemplo, en Totoral, Minas, Sobremonte y Tulumba. Y en estos últimos tres departamentos tampoco hay cirujanos, ginecólogos, radiólogos, médicos de familia, neurólogos, ni especialistas en medicina interna y salud pública.
El Colegio de Farmacéuticos de la Provincia sumó otro dato: 40 mil personas del norte y noroeste provincial no acceden a un medicamento seguro por falta de oferta público-privada.
En el foro, los referentes de salud plantearon que se presentan a la vez otros desafíos, como la adecuación de los servicios a las políticas de género y al abordaje del consumo problemático de sustancias, entre otros.
Amplias regiones sin especialistas
La distribución geográfica de médicos es muy desigual.
Los seis departamentos del norte provincial con menor riqueza económica concentran el 22 por ciento de la población , pero tienen sólo el 6,7 por ciento de los médicos especialistas de toda la provincia.
Los pocos que hay reclaman que no cuentan con capacitación continua, que tienen grandes costos para capacitarse en la ciudad de Córdoba, que les resulta imposible regular sus honorarios profesionales, y que deben apelar al poliempleo para poder subsistir.
* Corresponsalía Jesús María