¿Estamos listos?
Las recomendaciones de un médico apasionado por la tecnología.
Diálogo entre los doctores Luis Majul y Héctor Oviedo.
El Decano de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Católica de Córdoba, Enrique Majul, dialogó con el Presidente del Consejo de Médicos, Héctor R. Oviedo, como presentador, en la sede de la institución sobre “el impacto de la inteligencia artificial en la medicina. ¿estamos listos? desde las innovaciones creativas, hasta los diagnósticos más precisos, rápidos y fiables, pasando por una comunicación más empática de las novedades a los pacientes. Todo lo que promete este recurso. Desde la creación de una película o la preparación de una disertación, hasta la definición de un diagnóstico médico y su comunicación al paciente. Esos usos permite la inteligencia artificial (IA).

El tema fue desarrollado el miércoles 16 de agosto, en el Consejo de Médicos, por el Dr. Enrique Majul, Decano de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Católica de Córdoba (UCC) y un apasionado estudioso de las innovaciones tecnológicas. Majul estuvo a cargo de la charla “El impacto de la Inteligencia Artificial en la Medicina, ¿estamos listos?”, que se realizó de manera virtual.
El presidente del CMPC, Héctor R. Oviedo, quien ofició de presentador y moderador, destacó: “Los desafíos que nos impone la vida a veces nos parecen promisorios y otras, nos llevan por delante”. “Los argentinos estamos acostumbrados a los desafíos futuros. Estamos en un momento especialmente sensible para todos en materia de cambios y tenemos que estar abiertos a las innovaciones. La inteligencia artificial es una herramienta y la herramienta no es mala o buena en sí misma, sino que depende de cómo es usada”, añadió.
Oviedo explicó que el objetivo de la charla fue desarrollar una de las preguntas que despierta la IA y que fue elegida como disparador: “¿Estamos preparados?”. “Sin dudas, la Inteligencia Artificial nos plantea muchos interrogantes para el futuro. Creo que involucrarnos en el tema y, sobre todo, en las normas que regulen su uso y el de las herramientas que ella misma crea es algo que nos tiene que ocupar”, continuó.
El Dr. Majul aseguró que ya se puede vislumbrar que la IA impactará en todo el quehacer médico, pero, en primer lugar, mostró cuál puede ser su efecto en el mercado laboral.
De acuerdo con un informe de este año del Foro Económico Mundial citado por el Decano de la Facultad de Ciencias de la Salud de la UCC, habrá menos creación de puestos de los que se irán eliminando por el avance de la tecnología. Respecto de los que se crearán, en primer lugar, estarán los asociados a la IA y al aprendizaje de máquina (conocido por la expresión en inglés “machine learning”).
Posteriormente, el expositor hizo un repaso por diversas noticias publicadas en medios sobre el uso de la IA en la medicina, como, por ejemplo, las resumidas con los siguientes títulos: “La inteligencia artificial acierta como médicos de elite en algunas cuestiones de salud” o “Cómo la inteligencia artificial va revolucionando la medicina, ya supera a los humanos analizando los ojos o el corazón”.

La IA ya es omnipresente en nuestra vida, y realiza tareas que nos son próximas, como detectar nuestros gustos y preferencias en redes sociales, desde Instagram hasta TikTok, pero, sin dudas, lo que más nos ha sorprendido en los últimos tiempos, es su capacidad para la generación de contenidos.
Es por eso que Majul repasó el impacto que tuvo, por caso, Chat Gpt a partir de su liberación al público, en noviembre del año pasado. “La mayoría de la gente que lo adoptó, lo hizo en dos meses. En dos meses llegó a 100 millones de personas, que, por lo menos, ingresaron al sitio y abrieron una cuenta. Muchas de ellas, a lo mejor, ya no lo utilizan”, estimó. La conclusión, entonces, es que la adopción de avances de la IA por parte de la población es más rápida que la que se produce con otros sistemas, incluidas las redes sociales.
Una curiosidad respecto de Chat Gpt es que la mayoría de quienes lo utilizaron lo hicieron en el periodo inmediato a su liberación: en un lapso de dos meses tuvo 100 millones de usuarios. Y una de las cualidades que exhibe es que interpreta el lenguaje humano, es decir, no requiere de lenguaje de programación, como en otras etapas de la IA.
En el lapso de cuatro años, ChatGPT pasó por cuatro versiones. En las primeras, se despertó el miedo de la generación de información falsa, que casi frena el desarrollo. En las últimas, aumentó la cantidad de información procesada, lo que sumó fiabilidad: pasó de 117 millones de datos a seis terabytes (TB). En tanto, la información de entrenamiento (el sistema se entrena para ser luego usado en tareas específicas) pasó de 117 gigabytes (GB) a un petabyte (PB). Se espera que su capacidad de procesar datos para crear textos, imágenes o audios continúe aumentando. Además -contó Majul–, se le ha sumado un intérprete de código, que le permitirá analizar documentos y sacar conclusiones o hacer propuestas de elaboración o mejora. El decano de la Facultad de Ciencias de la Salud de la UCC aclaró, sin embargo, que estas mejoras que lo potencian están en la
versión paga de ChatGPT, la cual recomienda para quienes quieran hacer un uso intenso.
Posteriormente, Majul mostró el caso del algoritmo para la creación de imágenes mediada por la palabra. Se trata de DALL-E que pertenece a la plataforma Open AI y que ya está en su segunda versión. Otra IA generativa de imágenes es la plataforma MidJourney, que permite la fusión de conceptos.
Una anécdota asociada a la creación artificial de imágenes es la que protagonizó el artista alemán Boris Eldagsen, quien ganó el prestigioso premio Sony World Photography Awards en la categoría Fotografía Creativa, pero lo rechazó porque la imagen presentada había sido creada con IA. Eldagsen explicó que lo había hecho para poner en conocimiento y en discusión lo que podía generar la IA.
Finalmente, Majul destacó la posibilidad de usar la IA para clonar voces y crear películas, pero también alertó sobre los riesgos de todas estas formas de utilización: desde los plagios y fraudes, hasta la falta de transparencia, pasando por la inequidad en el acceso de estas herramientas.
Además, aclaró que puede cometer errores, por lo que debe utilizarse con cuidado, más si se pretende hacer un uso profesional en las carreras asociadas a la salud.
“Si comparamos la Inteligencia Artificial con un humano, podemos decir que en su desarrollo se podría comparar a un adolescente: hoy, un adolescente no es capaz de darnos, por ejemplo, respuestas a cuestiones médicas, todavía necesita más entrenamiento”, alertó. “Deben conocer la disciplina para la cual la van a utilizar, porque, de lo contrario, pueden ocurrir errores groseros”, añadió.
Pero sí hay datos promisorios. Por ejemplo, que la IA contribuirá a la denominada “medicina de precisión”, muy esperanzadora, por ejemplo, en oncología. Entre otras cosas, se trabaja en la creación de “gemelos digitales”, es decir clonar digitalmente a una persona para probar primero en la versión digital los tratamientos. Se espera también que mejoren y aceleren los diagnósticos.
Una aplicación que generó impacto fue la experimentada por la revista científica JAMA, que comparó la percepción de la transmisión de un diagnóstico médico negativo realizado por un médico con el realizado por Chat GPT. El resultado fue que el 79% de los pacientes consultados prefirió el realizado por la IA. Es posible, incluso, cuestionar el mensaje producido por Chat GPT con expresiones como “me defraudaste”, “creí que podrías ser más empático”. Y el sistema mejora el discurso.
Nota publicada en la Revista Ethica Digital ed. 162, sección Interés Médico.