La Inteligencia Artificial y su papel en salud
El tema hoy ocupa un lugar central en el debate de científicos, filósofos, sociólogos, economistas, ingenieros, bioéticos, religiosos, técnicos y pensadores en general. Está presente en ámbitos como la educación, la salud, la política y las estrategias bélicas, entre otras. por cierto, también y con fuerza, en la medicina. La inteligencia artificial (ia), en su desarrollo actual, es vista como una verdadera revolución, que se inscribe en un proceso de transición, pero su proyección hacia un futuro cercano es vista como una profunda ruptura, un cambio cultural como lo fue la revolución industrial, el descubrimiento de la energía nuclear o la fibra óptica que trajo la internet y el uso masivo de redes sociales debajo del brazo. Nadie niega su potencialidad positiva, de la que hay muestras, pero mientras unos ponen el acento en los beneficios, otros lo hacen en sus riesgos, mientras hay un grupo intermedio que acepta tanto los beneficios como los riesgos, pero reclama en forma urgente y previsora una acción reguladora. Ethica Digital considera que los médicos no pueden estar ausentes de este debate. Por ello, presentamos un informe con definiciones y caracterizaciones generales como una suerte de introducción, para ingresar de lleno en el análisis de la ia en la salud y en la práctica médica.
Definiciones y caracterización
El debate ha cobrado una actualidad intensa. La Voz del Interior le dedica su editorial, en la edición del 2 de mayo pasado. Y señala sus causas: “Las alarmas sonaron con fuerza a fines de marzo pasado, cuando cientos de notables académicos y científicos solicitaron detener por seis meses el desarrollo de la inteligencia artificial (IA) hasta encontrar y consensuar un marco regulatorio. La causa del pedido: el temor de un gran daño para la humanidad” 1
Para situarnos en el tema, de manera directa y sencilla, apelamos a una definición del historiador cordobés Esteban Dómina: “La inteligencia artificial (IA) es una tecnología capaz de imitar la inteligencia humana para realizar determinadas tareas complejas que requieren niveles de conocimiento superior y habilidades especiales, sustituyendo
capacidades intrínsecas de las personas como el razonamiento, el aprendizaje o la creatividad” 2.
Si bien es cierto, que los desarrollos de IA, no son nuevos, ya que datan de algunas décadas, su nueva irrupción -por su extensión, profundidad y amplitud- produce el
gran debate. Es posible que no seamos conscientes que atrás de infinidades de cosas, ya está presente la IA, como el caso de los teléfonos celulares, la comunicación en general, en el uso de distintos servicios frecuentes. El Consejo de Médicos señala, por ejemplo, como uno de sus logros importantes de los últimos años, el haber ingresado
a la institución en el nuevo mundo de la tecnología, a través de la comunicación, la firma digital, la receta electrónica y en la formación de los futuros profesionales. Pero, además, para no quedar desactualizado creó una instancia especial: la Comisión de Innovación y nuevas Tecnologías.
La IA ya ha ingresado en áreas como “la producción, el transporte, la administración, el comercio, la educación y por cierto, la salud”, como apunta Dómina. “Es capaz de falsear
o clonar imágenes, componer música y sobre todo, dominar modelos de lenguaje”, subraya. En tanto que Federico Kucher3. Apunta un dato no menor, que las inversiones en desarrollos de IA se aceleran a ritmos vertiginosos y la carrera de las grandes tecnológicas es a todo o nada. Incluso está presente en los planteos estratégicos bélicos
de las grandes potencias mundiales.
Quienes apoyan el desarrollo de la IA, se basan fundamentalmente en los beneficios, que indudablemente son importantes. En este sentido subrayan, por ejemplo, la reducción del error humano, su disponibilidad permanente, el perfeccionamiento de los procesos, la posibilidad de trabajar con gran precisión, la significativa ayuda en trabajos repetitivos, asistencia digital continua, la posibilidad de la toma de decisiones más rápidas y seguras, el apoyo en tarea diarias. El listado de beneficios puede ser interminable, que en algunos casos ya hemos comenzados a vivir.
Sin embargo, como bien plantea Dómina, la IA como herramienta poderosa, “no es la solución para todos los problemas”, no estamos –por lo menos hasta el momento, ante una panacea. Para el historiador, existe un Lado B y señala que una de las aristas más filosas es su potencial impacto en el mundo laboral.
Hay voces que subrayan los riesgos y manifiestan su temor y claman por una regulación inmediata. Para Elon Musk, un empresario de una poderosa industria automotriz,
sostiene que sin regulación, la IA es directamente peligrosa4.
Por su parte, Yuvai Harari, Tristán Harris y Aza Raskin, tres especialistas en el tema, plantean la necesidad de acordar un desarrollo controlado. “Ninguna empresa farmacéutica puede comercializar nuevos medicamentos sin antes someter sus productos a rigurosos controles de seguridad. Los laboratorios de biotecnología no pueden liberar nuevos virus a la esfera pública para impresionar a sus accionistas por su inventiva. En esa misma línea, los sistemas IA que tienen una potencia como la de GPT-4 5, no deberían introducirse en las vidas de millones de personas a mayor velocidad de la que las sociedades puedan absorber sin desestabilizarse. Debemos avanzar a un ritmo que nos permita hacerlo bien” 6.
Estos especialistas, como muchos otros, advierten que sin regulación podemos estar ante el hecho que “un par de grandes empresas tecnológicas monopolizarán el poder a través de la IA en lugar de democratizarlo”. Y se preguntan y nos preguntan: “En juegos como el ajedrez, por ejemplo, ningún ser humano puede aspirar a vencer a una computadora.
¿Y si pasara lo mismo en el arte, la política o la religión?”.
La IA en la salud
El estadounidense Eric Topol es un médico cardiólogo, genetista e investigador en medicina digital publicó, junto a unos colegas, un artículo en la Revista Nature,sobre los nuevos modelos de IA que según su evaluación “han generado una multitud de oportunidades nuevas en el cuidado de la salud”7.
Para Topol, la IA en medicina es básicamente una historia de modo único hasta la fecha: “ayuda a leer una radiografía o resonancia magnética, encuentra pólipos durante una colonoscopía, brinda orientación al paciente para una afección específica como diabetes o un diagnóstico preliminar de una lesión en la piel o el ritmo cardíaco a partir de una grabación de reloj inteligente. Hasta la fecha, se ha centrado en gran medida en la imagen”.
Resalta el potencial de la IA multimodal, cuando los datos de muchas fuentes se pueden ingerir y procesar: “Nadie ha hecho esto todavía: reunir y extraer el conocimiento de individuos a escala, fuentes de datos que incluyen múltiples biosensores continuos, capas biológicas como el genoma y el microbioma, el medio ambiente y los registros médicos. Eso, en última instancia, no sólo será alcanzable, sino que permitirá muchas oportunidades, como el entrenador de salud virtual, el hospital en el hogar y una infraestructura de gemelos digitales”.
Sólo ejemplos de las expectativas que despierta la IA en la salud. Pero a su vez, hay voces de alerta. Un grupo de expertos de la Universidad de Harvard opinan 8 que “Todas estas herramientas ofrecen el potencial de una mayor eficiencia y, tal vez, pueden generar conocimientos que son difíciles de obtener con los métodos de análisis más tradicionales. Sin embargo, los nuevos métodos de IA no son necesariamente una panacea, pueden ser frágiles, pueden funcionar solo en un dominio limitado y pueden tener sesgos incorporados que afectan de manera desproporcionada a los grupos marginados”.
Mientras es evidente el ingreso de la IA en el universo de la salud y sus aportes concretos (como el control de prótesis de extremidades; diagnósticos sobre enfermedades de la piel, estimulación cerebral profunda que se emplea en la enfermedad de Parkison o la cirugía robótica y su mayor precisión), también puede citarse un listado de desventajas: la falta de empatía de la IA con respecto al médico, en su relación con los pacientes; la dependencia excesiva a la IA, que puede llevar a una disminución de la habilidad de los médicos para tomar decisiones críticas sobre el tratamiento de los pacientes; puede haber sesgos en los datos, que pueden llevar a diagnósticos erróneos y problemas de privacidad y seguridad de los datos 9. (LR)
(1) Diario La Voz del Interior, 2 de mayo de 2023
(2) Diario La Voz del Interior, 23 de abril de 2023
(3) Diario Página 12, 23 de abril de 2023(4)Declaraciones a la agencia Reuter, 6 de marzo de 2023.
(5) Permite elaborar textos sumamente complejos y coherentes, reconocer errores, aprender” y proporcionar respuestas acertadas a diversos problemas planteados por los usuarios.
(6) The New York Times, 29 de marzo de 2023.
(7) Infobae, 15 de abril de 2023.
(8) Revista New England Journal of Medicine, 30 de marzo de 2023.
(9) Tomás Helena, Revista Noticias, 2 de marzo de 2023