La lucha contra el dengue continúa
Entre las medidas que deben repetirse y las innovaciones en que se trabaja
Todos los especialistas señalan que los últimos meses de este año y los primeros del que viene, cuando se haga presente el verano, viviremos bajo el riesgo de un incremento en los casos. A nivel provincial y municipal, con el apoyo expreso de las instituciones médicas, entre ellas nuestro Consejo, ya se han puesto en marcha campañas específicas, basadas en las medidas conocidas que es preciso mantener. De ellas. Recordamos las acciones fundamentales, con la convicción que el problema no es sólo de los organismos públicos, sino de la sociedad en su conjunto. Pero, a su vez, nos asomamos a las innovaciones científicas que no dejan de sorprender, como la se está desarrollando en Colombia y que tomamos de la revista digital IntraMed, en su edición del 29 de septiembre y que presentada de esta manera: Mosquitos “piloteados” por un microorganismo puede salvarnos del dengue.
Una gran campaña de difusión de las medidas preventivas está en el centro de las acciones contra el dengue que han lanzado las autoridades provinciales y municipales que, para subrayar la responsabilidad social, subraya el lema que debe hacerse carne en cada uno de los habitantes: NO ADOPTEMOS AL DENGUE. La consigna surge de una realidad que todos los colegas deben explicar a sus pacientes, en la que si todos, a nivel social, no le damos lugar, el mosquito no tiene dónde vivir. Y eso no se resuelve con palabras: se resuelve con la decisión y constancia de limpiar todos los recipientes que pueden acumular agua: baldes, regadoras, floreros, cubiertas en desuso, recipientes para animales domésticos, etcétera. Y estas acciones tienen mayor importancia cuando no se han tomado, especialmente a nivel nacional, contar con las vacunas necesarias y la disponibilidad de repelentes suficientes para su uso. La enfermedad del dengue, sólo se transmite a través de las picaduras del mosquito Aedes Aegiptis, que es un mosquito doméstico.
Es de destacar acciones como las que se producen en la ciudad de San Francisco que en el verano pasado fue una de las más afectadas por el dengue. Ahora, con base en la experiencia, se ha diseñado un programa de prevención que tiene en cuenta factores propios de la ciudad, como su clima húmedo incluso su propia topografía. Por ejemplo, se instaron 200 ovitrampas en 100 domicilios, destinadas a capturas huevos del mosquito Aedes Aegypti, que permite detectar su presencia(1). “Las ovitrampas son recipientes de plásticos oscuros que contienen agua y donde se colocan una especie de lenguas descartables alrededor. El objetivo es generar un criadero de mosquitos durante siete días, que luego se retira por las autoridades sanitarias para determinar la cantidad de mosquitos y actuar en consecuencia en la zona. A su vez, en función que la ciudad tiene varias lagunas de retardo, que buscan evitar las inundaciones en la ciudad, se aplicaron larvicidas y un matalarvas orgánico. Es decir, se trata de una planificación que tiene en cuenta los problemas propios de la ciudad.
Los nuevos aportes de la ciencia
Dr. Iván Darío Vélez Ber
En su edición del 29 de setiembre pasado, la prestigiosa revista IntraMed, no sorprendió con una nota científica que tituló Mosquitos “piloteados” por un microorganismo pueden salvarnos del dengue. Sorpresa también es que a 100 años de su identificación, la bacteria Wolbachia, inoculada en huevos de Aedes aegypti, logra que estos minimicen su capacidad de transmitir el virus de la enfermedad que tantas vidas está costando. Y más asombro nos despierta el hecho de que en Colombia, en la ciudad de Medellín, funciona –ligada al proyecto en desarrollo- una fábrica que produce mosquitos Aedes Aegypti, precisamente los que trasmiten dengue, zika, chikunguña y fiebre amarilla. El relato pertenece al Dr. Iván Darío Vélez Bernal, colombiano al frente de la “fábrica de mosquitos”, quien fue entrevistado por Claudia Nicolini, para la revista digital IntraMed y que hoy reproducimos para nuestros lectores de Ethica Digital.
La “fábrica” no produce un Aedes Aegypti cualquiera. Lo que se hace allí es infectarlos con Wolbachia, una bacteria que habían identificado dos científicos norteamericanos, Marshall Hertig y S. Burt Wolbach en 1924, y que está siendo una herramienta exitosa para enfrentar el avance del dengue.
El hecho que resalta Pérez Bernal y que no ocurre en otras especies, el Aedes Aegypti infectado con Wolbachia hace que los virus de las enfermedades que transmiten tengan dificultades para reproducirse y entonces tienen dificultades para reproducirse, y entonces disminuye considerablemente la capacidad del mosquito de transmitirlos a las personas.
La “fábrica” –un gran insectario- ya está en condiciones de producir unos 40 millones de huevos de mosquitos modificados por semana, y forma parte del World Mosquito Program (WMP), al que Colombia accedió tras un acuerdo con la Universidad Monash, de Australia.
Un poco de historia
En la entrevista, Vélez Bernal, quien se graduó en la Universidad de Antoquia, en Medellín, Colombia, e hizo su doctorado en Enfermedades Infecciosas en la Universidad de Granada, España, reconoce al Prof. Scott O´Neill, como el padre de la Wolbachia, que venía investigando desde 1980, en la Universidad de Queensland, de Australia y posteriormente en la Universidad de Yale avanza en su intención de aplicarlo en el caso del dengue.
El profesor O´Neill y su equipo habían tomado la Wolbachia de la mosca de la fruta y la habían transferido al Aedes Aegipti. Encontraron que cuando el mosquito tiene Wolbachia no puede transmitir los virus, porque la bacteria impide que se repliquen en su interior. En 2013, nuestro entrevistado y su equipo, a través de la Universidad de Antioquia, se sumaron al WMP, y en 2015, después de meses de trabajo con la comunidad, se concretó la prueba piloto: liberaron mosquitos con Wolbachia en un barrio de Bello, ciudad vecina de Medellín (capital de la provincia montañosa de Antioquia, en el Noroeste colombiano). Bello está localizada a 1800 m sobre el nivel del mar y –cuenta Vélez Bernal- era considerada hiperendémica para dengue. Para diciembre de ese año, y desde entonces, el porcentaje de mosquitos con Wolbachia en ese barrio es del 100%.
Al mismo tiempo que se trabaja para que la comunidad se apropie del proyecto, se arma una colonia de mosquitos locales utilizando dos tipos diferentes de trampas. Una vez capturados, en el laboratorio se entrecruzan con una cepa de mosquitos con Wolbachia. Esta primera “colonia mixta” se sigue alimentando con mosquitos locales. “Se entrecruzan por varias generaciones para que al final tengan el mismo acervo genético de las poblaciones locales de Aedes. Para determinar si un mosquito tiene Wolbachia se hace una prueba de PCR en tiempo real. Antes de la liberación de los mosquitos se toma una muestra de la colonia y se hace la PCR; todos los mosquitos deben tener Wolbachia, de lo contrario se descartan todos”, destaca el texto del paper. Se pueden liberar tanto mosquitos adultos como huevos. Para liberar los adultos, se colocan larvas en recipientes de liberación y se las deja evolucionar hasta el estado adulto (entre 120 y 150 adultos por frasco), que se liberan en cada Grid. Para liberar huevos se los introduce, junto con alimento para larvas, en unas cápsulas de gelatina. Estas se colocan en recipientes con agua en árboles, parques, plazas y jardines de las viviendas… En contacto con el agua muy rápidamente se produce toda la evolución para llegar a adultos, que salen del recipiente de liberación y buscan los mosquitos locales para aparearse. Y así se logra que transmitan la Wolbachia a su descendencia.
- Diario Perfil Córdoba, 13 de octubre 2024.