La nueva generación de vacunas para el coronavirus
Se han administrado vacunas contra el coronavirus SARS-CoV-2 a miles de millones de personas para protegerlas del COVID-19 y se han salvado más de 20 millones de vidas. Pero las variantes virales pueden evadir parte de la inmunidad proporcionada por las vacunas originales, es por esto que los desarrolladores de vacunas de todo el mundo están trabajando en las vacunas COVID19 de la “próxima generación”.
Las primeras vacunas aprobadas daban protección contra versiones de SARS-CoV-2 que no habían cambiado mucho desde que se identificó el virus por primera vez. Estas vacunas vienen en diferentes tipos: algunas están compuestas de ARN mensajero, otras son versiones inactivadas del propio coronavirus o de algunas de sus proteínas, pero todas funcionan al exponer el cuerpo a antígenos (porciones del virus) para provocar una respuesta inmunitaria sin causar enfermedad, activando las células B, que producen anticuerpos que pueden impedir que el SARS-CoV-2 infecte las células, y de las células T, que pueden destruir las células infectadas. Las vacunas también generan un grupo de “células de memoria” para una inmunidad prolongada, incluso después de que disminuyan los niveles iniciales de anticuerpos (link a trabajo de Moya, et al. “Moya M, Marrama M, Dorazio C, Veigas F, Manselle Cocco MN, Dalotto Moreno T, Rabinovich GA, Aleksandroff A. Antibody- and T Cell-Dependent Responses Elicited by a SARS-CoV-2 Adenoviral-Based Vaccine in a Socially Vulnerable Cohort of Elderly Individuals. Vaccines (Basel). 2022 Jun 13;10(6):937. doi: 10.3390/vaccines10060937”).
Recientemente se ha introducido una segunda generación de vacunas, que han llegado al país en el mes de enero 2023 (Pfizer-BioNTech, bivalente) y se esperan otras para este mes (Moderna, bivalente), para aumentar la inmunidad contra la variante Ómicron. Es probable que sigan más actualizaciones específicas de variantes de las vacunas, para tratar de mantenerse al día con la evolución viral, aunque no está claro si la protección que ofrecen será particularmente duradera a medida que la inmunidad disminuya y el SARS-CoV-2 evolucione aún más. Para controlar las variantes del SARS-CoV-2, los desarrolladores de vacunas Pfizer-BioNTech y Moderna introdujeron vacunas de ARNm actualizadas el año pasado. Se denominan bivalentes porque codifican moléculas de la proteína espiga del virus original y del actual Ómicron. Estos efectos podrían significar que un refuerzo bivalente brinda una mejor protección contra Ómicron que una dosis de refuerzo de la vacuna original. Pero aún no está claro cuán sustancial es esa ventaja en la práctica. Algunos desarrolladores, incluidos Pfizer-BioNTech, también están trabajando en vacunas combinadas para proteger a las personas contra el COVID-19 y otras enfermedades, más comúnmente la influenza (gripe). Casi todos están en las primeras etapas de desarrollo.
Los científicos esperan desarrollar vacunas de “amplia protección” que puedan atacar futuras variantes del SARSCoV-2, e incluso coronavirus relacionados. El objetivo de algunas de estas vacunas es generar una respuesta inmunitaria contra regiones particulares de la proteína espiga que se conservan en las variantes del SARS-CoV-2 y algunas especies de coronavirus relacionadas, lo que significa que tienden a no mutar en nuevas variantes. Una región de interés es el dominio de unión al receptor (RBD), que se une a la proteína del receptor ACE2 en las células humanas y es el objetivo de algunos de los anticuerpos bloqueadores de infecciones más potentes del cuerpo.
Al menos dos equipos, en la Universidad de Washington en Seattle y en el Instituto de Tecnología de California (Caltech) en Pasadena, están elaborando vacunas en ‘mosaico’: nanopartículas dotadas de RBD del SARS-CoV2 y coronavirus de la misma familia (llamados sarbecovirus), como el SARS-CoV y otros aislados de murciélagos. Cuando una célula B reconoce más de un RBD en estas nanopartículas de mosaico, aferrándose a regiones conservadas de múltiples especies de virus, se une fuertemente. Esto, a su vez, provoca que las células B se multipliquen y produzcan más anticuerpos (así como células B de memoria para combatir futuras infecciones). Las células B que reconocen un RBD de una sola especie viral se unen débilmente y no generan esta respuesta. Los investigadores esperan que el uso de nanopartículas de mosaico dé como resultado un grupo enriquecido de anticuerpos que puedan reconocer múltiples RBD en las especies de coronavirus.
Fuente: Revista Nature feb 2023
Nota publicada en la Ed. 155 de la revista Ethica Digital, sección Novedades Científicas.
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