Plan Integral de Prevención de Agresiones en Instituciones de Salud (p.i.p.a.i.s.)
Cómo afrontar las Agresiones al Personal de Salud.
La preocupación del consejo de médicos es permanente. ¡Basta a las agresiones a los trabajadores de la salud!. Es una consigna y un programa de trabajo. Además del observatorio de violencia que funciona desde hace ya varios años, ahora se suma la puesta en marcha de un proyecto de prevención y actuación ante ataques. Es un problema de todos, no sólo médico, abarca el estado, a las instituciones profesionales y a la sociedad. Seguimos sosteniendo que es fundamental cuidar a quienes nos cuidan. En nuestro editorial hacemos referencia a un nuevo hecho violento, ocurrido en el hospital Eva Perón y presentamos, en nuestra sección de informe especial, una nota de Alejandra Beresovsky, donde reseña el contenido del plan.
En un país –y un mundo– marcado por la intolerancia, la violencia hacia los trabajadores de la salud es un síntoma más de una sociedad incapaz de relacionarse desde la comprensión y la empatía. No es un fenómeno nuevo, pero parece haberse agravado, al calor de una vida más acelerada y de un cúmulo de problemas –económicos, políticos, sociales– que muchas veces alientan (y, por supuesto, no justifican) las agresiones.
Los médicos, protagonistas de una actividad crítica y sensible, muchas veces son objeto de ataques físicos o verbales. El Consejo tomó nota de esta situación hace ya más de una década y en 2012 asignó al Centro de Estudios de Recursos en Salud (Cersa), creado en 1987, la tarea de estudiar las agresiones a los médicos, tanto a nivel nacional como internacional, y le encomendó el diseño de estrategias de prevención. El 1 de julio del año pasado, se creó el Observatorio de Violencia para el registro y asesoramiento a colegas que hayan sufrido ataques. Está integrado por los doctores Nora Castro, Andrés Cersosimo, Liliana Morales y Daniel Mowszet.
Desde julio de 2022 hasta el 23 de marzo de este año, se reportaron 79 casos, 25 de ellos correspondientes al periodo tomado de 2023. De acuerdo con las estadísticas procesadas, hay algunas diferencias entre lo que ocurre en el interior y lo que sucede en la Ciudad de Córdoba. Por ejemplo, en el interior, el 84 por ciento de las agresiones se dan en hospitales estatales, al tiempo que en la Capital se verifican más en sanatorios y clínicas, con el 69 por ciento de los ataques. Además, en Capital, el 66 por ciento de quienes agreden son mujeres, mientras que en el interior esta participación asciende al 79 por ciento.
En la mayoría de los eventos denunciados, los que agreden son los parientes, seguidos por los propios pacientes y otros médicos.
Los principales entornos en los cuales se registran las situaciones de violencia son los consultorios y las guardias. En la Ciudad de Córdoba, les sigue el internado y, en el interior, las salas de médicos.
En lo que respecta al tipo de agresión, según los datos del Observatorio más del 60 por ciento de las denuncias son amenazas verbales y el 30 por ciento verbales y físicas. El resto, son agresiones a través de redes sociales.
Plan de Prevención
En este contexto, el Consejo de Médicos elaboró un Plan integral de Prevención de Agresiones en Instituciones de Salud” (P.I.P.A.I.S ) que ya fue entregado a las autoridades de la cartera sanitaria del Gobierno de la Provincia de Córdoba. En él, se recuerda que nuestra institución no solo creó un Observatorio de Violencia –para documentar, intervenir y asesorar en gestión de agresiones o situaciones de violencia en instituciones de salud–, sino que propuso el desarrollo de instancias similares en ámbitos hospitalarios.
En el PIPAIS se destaca que hay antecedentes internacionales de estrategias de abordaje de ataques, debido a que el problema se verifica en distintas partes del mundo. Por caso –informa–, en la Unión Europea, el sector ocupa el primer lugar de exposición a la violencia. En España, un 5% del personal que trabaja en el sector sanitario manifiesta haber sufrido una agresión física en el trabajo durante el último año. En los Estados Unidos, se ha estimado que la tasa de violencia con baja laboral es cuatro veces superior en el personal de los servicios de salud que la registrada en otras profesiones. Y cita un fragmento del artículo “Seguridad hospitalaria, una visión de seguridad multidimensional”, del Pediatra Augusto Flavio Figueroa Uribe y la enfermera Pediatra Julia Hernández Ramírez, publicado en la Revista de la Facultad de Medicina Humana, de la Universidad Ricardo Palma, de Perú. El texto dice: “La construcción de la cultura de prevención parte del conocimiento de los riesgos, la cultura de la seguridad se encuentra directamente relacionada con la calidad de atención del servicio que se otorga, por lo cual en las instituciones de salud estos términos son de especial interés”.
El mismo artículo describe que “hablar de gestión integral de riesgos implica determinar todos los riesgos que pudieran provocar un daño considerable a estos sistemas, dado por la interacción de tres factores, la presencia de una amenaza, la existencia de vulnerabilidades y el tiempo a exposición a estos”. Los autores afirman que la seguridad hospitalaria debe ser una política interna de toda institución de salud y que se puede dividir en tres grandes ejes: seguridad del paciente, gestión integral de riesgos de emergencias y seguridad interna y externa ante violencia.
La Seguridad Hospitalaria es definida como “la condición que garantiza que los trabajadores, pacientes, visitantes, infraestructura y equipos dentro de un centro de atención en salud, estén libres de riesgo o peligro de accidentes”. Según la OPS, un “Hospital Seguro” puede describirse como “un establecimiento de salud cuyos servicios permanecen accesibles y funcionando en su máxima capacidad instalada y en su misma infraestructura, inmediatamente después de un fenómeno destructivo de origen natural o antrópico”.
El PIPAIS destaca que se necesita un abordaje multidimensional para enfrentar situaciones de violencia. “Nos enfrentamos ante un escenario emergente de vulnerabilidad en escalada ante la violencia en general y en particular en el ámbito de la salud. Con una alta tensión social y relaciones humanas endebles, baja tolerancia a las diferencias, desconfianza en los otros, premura en conseguir respuestas y resultados exitosos que constituyen una amenaza latente”, señala.
El plan que se propone tendrá los siguientes principios rectores:
Compromiso institucional, para generar entornos de trabajo libres de violencia y tolerancia cero frente a las agresiones.
Incorporación de los principios de la prevención de riesgos laborales.
Abordaje integral, combinando acciones preventivas con medidas de apoyo, asesoramiento y asistencia al personal agredido.
Enfoque participativo, fomentando la implicación de toda la organización y el involucramiento de todo el colectivo de la salud.
Sensibilidad al género, incorporando de manera transversal esa perspectiva.
Base en la evidencia científica, con el fin de proporcionar la máxima calidad en todas las acciones que desarrolla.
Impulso de la intersectorialidad, promoviendo la actuación coordinada con otros sectores, como las fuerzas y cuerpos de seguridad y con los servicios sociales.
Respeto a los derechos de pacientes y del personal de salud (enfermería, médicos, etc.) en conjunción con el derecho a la protección de la salud.
Líneas de acción 1
Identificar servicios y situaciones de mayor riesgo, con el fin de priorizar y reforzar las actuaciones preventivas.
Establecer canales de comunicación ágiles y mecanismos de coordinación eficaces con seguridad pública.
Declaración y difusión del compromiso de tolerancia cero frente a las agresiones al personal de salud. Elaboración de una campaña informativa y de sensibilización sobre “Entornos de trabajo libres de violencia”, dirigida a profesionales y personas usuarias. Esta campaña incluirá́ la elaboración de carteles para su colocación en puntos de mayor riesgo y folletos informativos para el personal.
Valoración del nivel de riesgo de agresión en el hospital.
Adopción de medidas preventivas adaptadas a cada entorno, desde una visión integral, combinando medidas de seguridad con actuaciones sobre aquellos factores relacionados con la organización del trabajo, que pueden actuar como favorecedores o desencadenantes de la agresión.
Inclusión de criterios preventivos de seguridad ambiental en el diseño de las instalaciones y procesos de trabajo. Esto evitará riesgos en origen, con la consecuente disminución del número y gravedad de las agresiones derivadas de diseños inadecuados.
Refuerzo de los procedimientos de comunicación e información a las personas usuarias en aspectos relacionados con los servicios de salud, procurando adecuar sus expectativas de oferta y acceso.
Verificación periódica (simulacros) del correcto funcionamiento de la aplicación de códigos morado (violencia no armada) y plateado (violencia armada).
Líneas de acción 2
Sensibilización, capacitación en código morado y código plateado y desarrollo de habilidades.
El conflicto tiene una dinámica –en parte previsible– y sigue un proceso característico de tensión (escalada o disparo), punto culminante (estancamiento o enlentecimiento) y distensión (desescalada o normalización). Si no se puede afrontar la situación conflictiva, es importante solicitar ayuda y vocear “código morado” o “código plateado”, según sea el caso.
Código Morado
El código morado se aplicará en aquellas situaciones en las cuales un personal de salud o administrativo del hospital es agredido verbalmente por un usuario.
El objetivo es tener un proceso o procedimiento para que, en el momento en que se presente una persona violenta dentro de la unidad hospitalaria, se active para el manejo de la situación, así como para la protección personal y psicológica del personal de salud y de los demás usuarios. La finalidad también es dar un término adecuado a la situación.
Ejemplo
- Se presenta un usuario que agrede verbalmente a uno o másintegrantes del personal de la salud y/o usuarios.
- El personal que detecta tal agresión vocea: “Código Morado en…, Código Morado en… Código Morado en…”.
- Al escuchar el voceo de “Código Morado”, el director, elsubdirector médico y administrativo, losjefes de servicio, el personal de seguridad o quien se designe, acudirán al servicio donde se voceó el código.
- Un miembro del personal de apoyo se interpondrá entre el agresor y el agredido. Saludará al agresor y dirá de forma amable: “Hola buenas tardes soy…, yo voy a solucionar su problema, acompáñeme”. Al mismo tiempo, otra persona retirará a la persona agredida de la vista, quitando el objetivo de la agresión.
Este proceso es fundamentalmente disuasivo y procura mitigar la agresión, ya que el atacante observará que hay más personal de la organización. Por un lado, entonces, se trata de dar solución al problema de la persona que está disconforme y, por otra parte, se desplaza al agredido.
El proceso debe informarse al personal a través de charlas de capacitación y material gráfico, distribuido en el establecimiento por quienes integren el comité de “hospital seguro”.
Deberá capacitarse periódicamente al personal de seguridad y a quienes conformen el comité de seguridad, para la intervención inmediata en estas situaciones.
Código Plateado
Para hacer frente a incidentes de mayor nivel de violencia, se sugiere aplicar el Consenso de Hartford.
El 2 de abril de 2013, representantes de un grupo selecto de instituciones de seguridad pública incluyendo policía, bomberos, profesionales de asistencia pre hospitalaria, asistencia al trauma y militares, se reunieron en Hartford, Connecticut, para llevar a cabo un consenso en relación con las estrategias para mejorar la supervivencia en incidentes con armas de fuego con múltiples víctimas. Esta reunión dio como resultado un documento conocido como “Consenso Hartford”.
El código plateado está destinado a preservar la integridad física del personal del hospital y de los usuarios.
Se espera que las recomendaciones que se presentan a continuación sirvan de guía para todo aquél que se pueda ver involucrado en incidentes intencionados con múltiples víctimas y con tiradores activos, a la hora de enfrentarse al manejo de las principales causas de muerte evitable que se producen en este tipo de circunstancias.
Proceso PCT (Protégete, Comunícate y Trata)
Al verse involucrado en un incidente con múltiples víctimas en el que se usan explosivos o hay personas con armas de fuego o de otro tipo, se debe intentar lo siguiente:
Vocear “Código Plata en….”, “Código Plata en…”, “Código Plata en…”.
“P” (Protegerse)
1. Protegerse y proteger a las víctimas (si es posible), localizar las rutas de evacuación y salir del edificio, dejando las pertenencias e invitando a otras personas a evacuar (“Correr, esconderse y, en último caso, luchar”). Al encontrarse fuera del edificio, evitar que otras personas ingresen al lugar.
Si no da tiempo para evacuar, esconderse, cerrar puertas y colocar objetos pesados, apagar luces, silenciar celulares y bajar la intensidad de pantalla al máximo. Mandar tres mensajes a amigos y tres a familiares, en los cuales se diga: “Estoy en el Hospital… Hay personas armadas… Desconocemos el número… Notifica al 911/ 101 está situación… Cuando lo hagas, mándame Ok”.
- Si el agresor trata de ingresar al lugar donde está escondido, tome objetos pesados y luche (última opción). Mencione si hay personas lesionadas y la descripción de los agresores (en caso de que los haya observado).
- ¿Qué se está haciendo para contener lo sucedido?
- Identificarse.
- Si se tiene oportunidad, compartir en redes sociales lo sucedido con familiares y amigos.
- Comunícate
- Si ya no existe amenaza y el grupo de intervención dice que es seguro o alguien de los que está con usted está herido, ayudarlo, con el siguiente orden de prioridades MAC:
“M”. Hemorragias masivas visibles: comprimir con un trapo o colocar torniquete para parar hemorragia.
- “A”. Aire. Si no respira, abrir la vía aérea.
- “C”. Compresiones. Si el paciente no se mueve, no tose o está cianótico, iniciar compresiones torácicas continuas a un ritmo de 100 a 120 por minuto. Se recomienda reanimación cardiopulmonar solo con las manos.
- En el caso de los niños, se deberá́ considerar el control de la temperatura de forma temprana por la mayor posibilidad de hipotermia.
LÍNEA 3. Asesoramiento, apoyo y asistencia de la víctima
Establecer pautas de actuaciones claras y eficaces ante los incidentes violentos y agresiones protegiendo a las posibles víctimas.
Asegurar la asistencia médica, psicológica y jurídica que precisen aquellos profesionales que fuesen objeto de agresión.
Intervención en crisis, con el fin de detectar posibles trastornos derivados de la agresión, como estrés, ansiedad o depresión.
- Marca 911 y sigue el protocolo para reportar lo sucedido, proporcionando los siguientes datos:
- Ubicación (calles principales con puntos de referencia para llegar al lugar).
- ¿Quéfue lo que pasó?
2.Cuántas personas están involucradas.
Este proyecto fue enviado a las autoridades provinciales de salud y consideramos que, con su contenido actual o con modificaciones, puede contribuir a resolver un problema que cada día se registra más a nivel mundial, como lo es la violencia hacia el personal de salud.