¿SABÍAS? DR. DIEGO ALMADA
Yo no quiero que me aplaudas y al igual que vos, tampoco que me agredas.
Hoy fue un día intenso. ¡Sabías que compartimos el mismo miedo y la misma esperanza?
¿Sabías que también me preocupa mi salud y la de mi familia? ¿Sabías que yo elijo exponerme cada vez que intento cuidarte y atenderte?
¿Sabías que no soy un héroe, ni pretendo serlo?
¿Sabías que sé, que muchos de nosotros nos vamos a infectar en esta pandemia?
¿Sabías que alguno de nosotros a pesar de tener los conocidos factores de riesgo, nos exponemos de manera voluntaria?
Si no lo sabías, te lo cuento y te pido que confíes en que pongo lo mejor de mí en ese ¿“qué te anda pasando? No tengas miedo, quédate tranquilo; al igual que en cada procedimiento y en cada intención cuando te miro”.
Siento que salimos y volvemos a casa en un contexto de guerra. Intento distraerme leyendo para que me gane el sueño y me encuentro con un texto relacionado con la moral en tiempos de guerra y pienso en la dimensión de esa experiencia plural y brutal que nos interroga sobre como vivenciamos la moralidad de nuestras vidas en un contexto de amenaza vital y cuáles son nuestras prácticas como el sentido de las mismas, hasta que me vence el sueño pensando…
¿Qué es lo que nos une y nos hace más fuertes? ¿Qué es lo que nos disgrega y nos debilita? Para despertar con algunas respuestas.
El miedo, sin dudas, motoriza el individualismo, la agresión y la violencia. El valor por antonomasia, promueve la empatía y la solidaridad. Si fortalecemos entonces el valor como principio rector, habremos disminuidos nuestras miserias y las batallas dejarán ser solo nuestras. Y la violencia esa que “crea, sostiene, transforma y actualiza el mundo interno de los valores vividos, así como el mundo externo de los significados controvertidos” será cada vez más pequeña; el miedo va a pasar cada vez más desapercibido y la ética del aplauso se consolidará en el amor por lo humano.
Estoy vivo, agradezco y vuelvo a salir de casa.
Diego Almada