Sexualidad en el adulto mayor

Sexualidad en el adulto mayor

Nueva Guía Clínica

El ser humano es un ser sexuado desde su nacimiento y hasta su muerte. La sexualidad no solo posee una connotación física, sino que es una forma de interrelación humana. Nuestro desarrollo sexual comienza antes de nacer y permanece aún en la vejez.

La OMS plantea que la sexualidad es un aspecto central del hecho de ser humano, y abarca el sexo, las identidades, los roles de género, la orientación sexual, el erotismo, el placer, la intimidad y la reproducción.

En general cuando hablamos de sexualidad asociamos esta idea con personas jóvenes y de mediana edad, pero rara vez pensamos en adultos mayores. ¿Estamos presuponiendo? ¿En qué nos basamos para pensar que los adultos mayores no tienen sexualidad? Claramente nos estamos equivocando; los adultos mayores sí gozan su sexualidad, la viven, la disfrutan, todo a su justa medida solo que con algunas pequeñas diferencias.

Antes de abordar las disfunciones más comunes que pueden presentar tanto mujeres como hombres en esta etapa de la vida, debemos aclarar dos cuestiones:

– La primera es que existen cambios relacionados con la edad que no constituyen patología alguna.

-La segunda es que desde hace ya mucho tiempo que se intenta despatologizar estas “disfunciones” y por eso cuando hablamos de que un paciente que nos consulta por alguna de ellas, preferimos utilizar el término “consultante”.

Hacer que la persona que consulta entienda que “el problema” por el cual acude no siempre tiene como causa una patología orgánica, es fundamental para que posible solución.

Cambios relacionados con la edad en el funcionamiento sexual masculino

En cuanto a las erecciones que en los jóvenes son prácticamente instantáneas y se producen de tan solo ver a la persona que le gusta o con solo besarse, cuando el hombre está en sus 60 años esto no es tan así. Para lograr la erección se necesita una estimulación más larga e intensa.

Por otro lado, disminuye la cantidad de orgasmos semanales con los cuales el hombre se siente satisfecho.

En cuanto al período refractario que sería el tiempo que transcurre después del orgasmo hasta que el hombre puede lograr una nueva erección, también se prolonga de manera significativa. Este tiempo que en los jóvenes puede ser de algunos minutos, en los hombres mayores de 60 años esto se puede prolongar entre 12 y 24 horas.

Los hombres de esta edad refieren que el orgasmo va perdiendo importancia dentro de la experiencia sexual y que cobran notoriedad los abrazos, los besos y las caricias, o sea el juego amoroso.

Sin embargo, los hombres de edad avanzada siguen siendo potencialmente sensibles a la estimulación erótica y especialmente si han mantenido una sexualidad activa.

Mejoras de las técnicas sexuales pueden ayudar a acomodar estos cambios, ya que la única diferencia es que los sujetos de más edad requieren una estimulación física más intensa y más tiempo para gozar del sexo de una manera plena.

Cambios relacionados con la edad en el funcionamiento sexual de la mujer

En los años postmenopáusicos, la respuesta sexual femenina muestra también grandes variaciones de una mujer a otra. Las mujeres que cuentan con oportunidades sexuales de manera regular suelen conservar su capacidad de respuesta sexual, pero aquellas que nos las presentan su sexualidad comienza a declinar. En esta etapa también se da una disminución física del impulso sexual.

Fisiológicamente, si existe un declive, la lubricación vaginal tiende a producirse más lentamente En marcado contraste con los varones, las mujeres de más edad siguen siendo capaces de gozar de múltiples orgasmos.

Para ambos sexos

Si bien las anomalías relacionadas con la erección y la libido se van haciendo más acentuadas con la edad, una pareja de cierta edad puede gozar del placer sexual a lo largo de toda su vida.

La gran mayoría de las quejas sexuales en esta etapa de la vida son producto de reacciones psicológicas adversas a los cambios biológicos normales relacionados con la edad y que afectan a la respuesta sexual.

A estas parejas se las puede ayudar haciéndoles ver que los cambios sexuales relacionados con la edad no son idénticos en la mujer y el hombre; y que son producto de ciertos ritmos biológicos y no de la calidad del amor o de la capacidad de seducción.

La pareja debe aprender a aprovechar esas diferencias y cambios para incrementar su intimidad y el placer y la gratificación que pueden darse el uno al otro.

Disfunciones sexuales más frecuentes:

  • DISFUNCIÓN ERÉCTIL: 

Definición: trastorno caracterizado por la incapacidad para lograr y mantener una erección suficiente que permita un coito satisfactorio y es junto con la Eyaculación Precoz (que no será descripta en este capítulo, ya que en el adulto mayor es poco frecuente) la disfunción más frecuente en los hombres.

Epidemiología: Es un trastorno progresivo de alta prevalencia dada su asociación con enfermedades cardíacas, hipertensión arterial, diabetes y depresión, así como algunos medicamentos utilizados para el tratamiento de estas entidades. El MMAS (Massachusetts Male Aging Study) mostró una prevalencia de 52% en pacientes entre 40-69 años.

Se considera que después de los 40 años uno de cada dos hombres sufre algún grado de disfunción eréctil.

Diagnóstico: Un correcto interrogatorio y detallado examen físico son capaces de brindar un diagnóstico etiológico en 90-95 % de los casos. Debemos tener en cuenta que la anamnesis es fundamental en la mayoría de los casos para acercarnos al diagnóstico.

Tratamiento: Es fundamental lograr un diagnóstico etiológico de la Disfunción Eréctil, porque de acuerdo a esto sabremos si podemos brindarle un tratamiento al consultante.

Cuando la disfunción pueda generarse por una medicación, debemos evaluar si es posible un cambio en la medicación, para controlar después de un tiempo.

Por otro lado, cuando la sospecha sea una causa psicógena la derivación con un Sexólogo es primordial y en caso de ser necesaria la derivación con psicología.

También debemos tener en cuenta que en los casos de causas orgánicas existe la posibilidad de que dicha disfunción no mejore incluso con la utilización de vasodilatadores como sildenafil y/o tadalafilo, en estos casos se debe explicar al paciente claramente su situación y sugerir consulta con sexólogo para que pueda conversar sobre sexualidad sin penetración y de esta manera descartar como única posibilidad el coitocentrismo.

  • DESEO SEXUAL HIPOACTIVO

Definición: Según la DSM-IV el deseo sexual hipoactivo es una disminución o ausencia de fantasías y deseos de actividad sexual de forma persistente o recurrente. Se deben tener en cuenta factores que, como la edad, el sexo y el contexto de la vida del individuo, afectan la actividad sexual.

En líneas generales el/la paciente llega a nuestro consultorio manifestando: “No tengo ganas”. Entonces, debemos comenzar una anamnesis focalizada, para poder evaluar cual es la causa, los posibles desencadenantes y poder ayudar a nuestro/a consultante a conseguir solucionarlo.

Como en la mayoría de las disfunciones, las causas son múltiples y se pueden relacionar tanto con factores orgánicos y problemas de salud, como con problemas psicológicos personales, problemas de la relación (sistémicos), o problemas ajenos a la relación pero que la afectan.

Es muy importante resaltar que la frecuencia de las relaciones sexuales depende de múltiples factores y que no existe la definición de frecuencias “normales” o “anormales”.

La disfunción, es tal, cuando la “queja” por la misma surge de la propia persona y no por las expectativas y/o demandas de la pareja. 

Etiología: Las causas de esta disfunción pueden ser:

– Médicas: depresión, medicamentos utilizados para distintas patologías, déficit de andrógenos, etc.

 – Psicógenas: ésta es la causa de la mayoría de los casos.

Es muy importante la derivación a un sexólogo clínico para el abordaje.

TRASTORNO ORGÁSMICO FEMENINO 

Definición: Ausencia o retraso persistente o recurrente del orgasmo, tras una fase de excitación sexual normal. Las mujeres presentan una amplia variabilidad en el tipo o intensidad de la estimulación que desencadena el orgasmo. Se constituye la disfunción cuando la alteración provoca malestar acusado o dificultad en las relaciones de la paciente.

La mujer relata que no logra llegar al orgasmo aún cuando la estimulación previa sea acorde a sus expectativas y habiendo alcanzado un elevado nivel de excitación durante un tiempo que considera razonable.

Diagnóstico: La mujer que consulta llega a la entrevista relatando claramente el problema. De cualquier manera, es fundamental una buena anamnesis, ya que esto quizás nos acerque al diagnóstico etiológico.

Tratamiento: Va a depender de la causa. Podemos iniciar un proceso de reconocimiento de sus sensaciones y la búsqueda de las formas de estimulación más placenteras. Puede ser de utilidad la derivación con un sexólogo clínico.

Es importante que derivemos a la paciente a realizar psicoterapia, terapia de pareja, además de la consulta con sexología.

Cabe aclarar que no existe un tratamiento médico que solucione la disfunción.

Como dijimos al comenzar, estas son 3 de las disfunciones sexuales que pueden ser frecuentes en los adultos mayores, pero de ninguna manera ocupan el puesto principal de las consultas sobre sexualidad en esta etapa de la vida.

Como profesiones de la salud es nuestra tarea desmitificar que los adultos mayores no tienen deseo y son seres asexuados porque nada más alejado de la realidad que este preconcepto. Lo importante es que como médicos interroguemos a nuestros pacientes sobre su sexualidad ya que, en muchas ocasiones, quizás por pudor no realizan preguntas que los podría ayudar a resolver algunos inconvenientes que presentan.     Entender que la mayoría de los casos planteados como disfunciones, son en realidad procesos habituales del envejecimiento que con algunos consejos prácticos podemos ayudar a resolver.

Si los profesionales de la salud logramos reformular conceptos que teníamos sobre la sexualidad de los adultos mayores, podremos ayudar a que nuestros pacientes continúen viviendo su sexualidad de una manera plena y feliz.

Bibliografía: 
• Sexualidad en personas mayores, Clases posgrado de Sexología Clínica, Dr. Juan Carlos Kusnetzoff – Lic. Lucia Báez Romano
• Manual Médico de Terapia Sexual, Dr. Francisco Cabello Santamaria.
• La nueva Terapia Sexual, Tratamiento Activo de las disfunciones Sexuales, Helen Singer Kaplan.
• Fenomenología de la sexualidad en el adulto mayor, Cayetano Fernández Sola, editoras Jessica García Gonzáles – María Isabel Ventura Miranda.
• Hablemos de Sexo, diálogos con expertos. SASH (Sociedad Argentina de Sexologia Humana

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