Tres síntomas de un malestar. Reflexión en tiempos electorales

Tres síntomas de un malestar. Reflexión en tiempos electorales

Desde hace tiempo ya que hablamos de una profunda crisis en los sistemas de salud. Hace tanto, que parece que como sociedad nos hemos acostumbrados a vivir en medio de ella, con la protesta permanente de los médicos, pero todavía esporádicas como acción colectiva y de cansancio en el reclamo de los pacientes, pocas veces escuchados, que conduce indefectiblemente a la “enfermedad” de la anomia. Y agrava la situación, el hecho que es una crisis que afecta tanto a los estados municipales, provinciales y nacionales, pero también alcanza realidades internacionales.

Como ejemplo de ese estado de indefensión en materia de salud, traemos tres hechos puntuales, que en los primeros días de julio, trascendieron a través de la prensa y que no son otra cosa que síntomas de esa crisis profunda y prolongada.

El miércoles 5, en nuestra Córdoba, médicos y pacientes, que conforman la Asamblea de Discapacidad Regional Córdoba, convocaron a un paro.

Los motivos no son distintos a otros reclamos de múltiples sectores que llegan al paro y a la movilización callejera para ser escuchados. En este caso, con eje en el drama doloroso de las personas –niños, jóvenes, adultos- con discapacidad. No piden más que generar las condiciones básicas de un sistema de inclusión y de garantía de sus derechos A nivel de los colegas, como en otras especialidades y actividades profesionales exigen honorarios dignos y la inclusión de todas las prestaciones en el nomenclador del Sistema de Atención Integral de Discapacidad. Pero no sólo se trata de honorarios que no alcanzan, sino el rechazo a una naturalización de una modalidad de pagos diferidos e incluso en cuotas. Reclamos justos que el Consejo de Médicos sólo puede hacer suyos, en solidaridad con los colegas.

El 4 de julio, el Diario La Nación, a través de una nota firmada por los periodistas Fabiola Czuba y Pablo Mariano, con base en lo que sucede en Rosario, señalaron una muestra de un creciente éxodo de colegas, que incluye a Residentes, que parten al exterior en busca de mejores ingresos. La crisis del sistema de salud está empujando –según los autores- al límite a sus profesionales, hay quienes están optando por el “trabajo golondrina”: viajan a países limítrofes u otras provincias cada dos semanas para cubrir guardias por valores que llegan a ser el doble que su salario mensual. Los destinos son Chile, Uruguay y Paraguay, de acuerdo a un relevamiento de La Nación; pueden ganar US$1000 por una jornada ($495.000 al valor del dólar blue), una cifra inalcanzable en la Argentina. Los relatos también dejan ver cómo en los países vecinos están dispuestos a seducirlos para que se queden. Los testimonios son harto elocuentes en la crisis que vive, desde hace años, nuestro sistema de salud(1). Pluriempleo, trabajos en negro, salarios indignos, demoras en cobrar, cargas horarias y administrativas, es un panorama que no se puede ignorar.

El Dr. Héctor R. Oviedo, Presidente del CMPC, viene insistiendo en que todas estas manifestaciones, están conformando una crisis del recurso humano en salud. Ya no se puede decir que sobran médicos, sino que estamos ante la posibilidad cierta que comiencen a faltar médicos. “Los datos de la última década, en nuestra realidad cordobesa, nos dice que hasta 2019, el promedio era alrededor de 750 matriculados nuevos por año. Desde ese año para acá hubo una caída en 2020, una subida en 2021 y de nuevo una caída estrepitosa en 2022. Este año matriculamos 500 personas. Y si tomamos los tres años, ese movimiento atípico de bajada y subida seguramente sea efecto de la pandemia, pero nos ha dado una cifra de 630, o sea 130 matriculados menos que el resto de la década”. (En el Informe especial que analiza el tema de las Residencias Médicas, se pueden encontrar más datos sobre el tema).

Lo preocupante es que la crisis ya tiene dimensión internacional. En Página 12, el periodista Marcelo Justo, titula su nota: El sistema de salud británico: de modélico a caótico(2). En muchos momentos se ha hablado con elogios del Sistema Nacional de Salud (NHS) inglés, con 75 años de existencia, como una suerte de modelo de atención sanitaria. Los datos actuales, sin embargo, lo ubican en un estado de virtual caos.

Las listas de espera en Inglaterra superan los 7 millones, muchos pacientes aguardan meses o años para recibir tratamiento, se suceden las huelgas de los trabajadores de la salud: uno de cada 11 puestos está vacante. Los indicadores sanitarios reflejan un sistema desquiciado. El Reino Unido tiene uno de los peores índices de supervivencia de cáncer y accidentes cardio-vasculares entre 18 países del mundo desarrollado, la desigualdad entre regiones y estratos sociales es alarmante, la expectativa de vida no ha mejorado en los últimos 10 años”.

Según Justo, que escribe desde Londres, siete de cada diez británicos dicen que el servicio está “broken” (roto). Es un diagnóstico que comparten los trabajadores del servicio. “Desde su origen, el NHS fue la institución nacional más amada por los británicos, la que nos consolaba de todos los otros problemas que teníamos como sociedad. El amor sigue, pero el NHS está agonizando”, dijo al matutino The Guardian una reconocida profesional.

El fundamento central del NHS –una gran aspiración de los argentinos- es “suministrar un servicio de salud que es universal y gratis” – lo que explica en gran medida su carácter de “religión nacional”. Este luminoso principio brilla más porque los británicos lo comparan con el modelo estadounidense y sus historias de pacientes que hipotecan sus casas para atenderse en la medicina privada o reciben lo que queda de un servicio estatal huérfano de recursos, relata el periodista.

La realidad de la agonía del sistema británico muestra que todo servicio sanitario tiene relación directa con una cosmovisión política, económica, especialmente sobre el papel del Estado, que como ha sostenido en distintas oportunidades nuestro Consejo de Médicos, debe cumplir un papel rector en la atención de la salud. Un Estado ausente como ha sucedido en los últimos 14 años en Inglaterra, ha derivado -consecuencias conocidas por los argentinos- en retraso salarial, que ha motivado, desde diciembre, huelgas de médicos, enfermeras, servicios de ambulancia y administrativos: la última de los “junior doctors” fue hace 20 días.

Con hechos elocuentes que necesitan ser conocidos y debatidos, especialmente cuando los argentinos entramos de lleno en un proceso electoral. Requiere una mirada integral y profunda, en medio de un contexto complejo, que requiere diálogo y predisposición de acordar por parte de todos sus protagonistas.

1. Ver diario La Nación, en su edición del 4 de julio de 2023.
2. Diario Página 12, 5 de julio de 2023.

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